Los Astrales, esperando que Andreu Buenafuente conozca a Christina

Miguel Indurain y Andreu Buenafuente son clientes habituales de la bodega Los Astrales. Enclavada a la salida del municipio de Anguix, en el corazón de la Ribera del Duero, una austera nave de hormigón acoge una sala de elaboración simple y funcional, rodeada de algunos de sus viñedos. Junto a ella la pequeña sala de barricas donde nos reciben sus propietarios Luís Delgado y su mujer Marisol; acompañados por Pedro, el bodeguero, y Marisa.



Nos subimos en el coche para conocer el verdadero tesoro de la elaboración de sus vinos: sus viñedos y su terroir. Llegamos a el Pago de la Fuente, con viñas en vaso con más de 90 años que ya eran cultivadas por el padre de Marisol y que llevaba las uvas a Pesquera, a la bodega de Joaquín Fernández. De este pago es de donde se vendimian las uvas para el Astrales Christina. El nombre de este vino lo toma de la hija de su importador en Estados Unidos. Continuamos recorriendo los viñedos azotados por el viento y las lágrimas de las cepas nos despiden regando el paisaje a la espera de la primavera.



Una bodega joven que empezó en el año 2000 y que cuenta con la colaboración de los hermanos García, hijos de Mariano García. Su producción se basa en cepas de Tinta Fina y algunos viñedos de Merlot, aun jóvenes. De vuelta a la sala de barricas empezamos a disfrutar, y aprender, de la cata directamente de la barrica de las añadas de 2009 y 2010 de los dos vinos que tiene la bodega: Astrales y Astrales Christina. Una a una, barrica a barrica, copa a copa, vamos viendo la evolución y crianza de unos vinos que serán elegantes, aromáticos y envolventes. Pedro, que lleva en la bodega desde los inicios, conoce el contenido de cada barrica como si fueran sus propios hijos.



Marisa ya no se sorprende cuando desde hace unos años Andreu Buenafuente llama personalmente para hacer algún pedido de Astrales. Todavía no conoce el Astrales Christina. Cuando lo conozca seguro que baja personalmente a la bodega a recogerlo.



La bodega sigue la filosofía de sus propietarios, crecer a medida que van creciendo sus magníficos tintos. Lo próximo será la construcción de un dormitorio independiente para las jaulas de botellas y una coqueta sala de catas. Pero el lujo de catar directamente de la barrica nunca los olvidaremos.