Lopez de Heredia, bodega familiar en lenta evolución

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Reportaje: Lopez de Heredia, bodega familiar en lenta evolución

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A sus 82 años, Don Pedro, como todo el mundo lo conoce en la localidad riojana de Haro, es el alma de Bodegas López de Heredia. Visitar La Rioja, es visitar su bodega. Lo puedes encontrar en cualquier rincón de la bodega, siempre pensando en alguna reforma o ampliación de la misma. Durante estas semanas de vendimia pasa más horas en el viñedo controlando y supervisando la evolución de la uva.



A pesar de que el control de la bodega está en manos de sus hijas e hijo, él aprovecha los viajes de estos por motivos promocionales o de vacaciones para "hacer de las suyas" como nos cuenta su hija María José. Ella como su padre es una persona inquieta, siempre activa y que lleva las riendas de esta bodega familiar y tradicional, que es la más antigua de Haro y visita obligada para conocer la historia de la cultura del vino riojano.



Con María José nos adentramos en un laberinto de pasillos y oscuridad que forman las diferentes estancias que componen la bodega: calados centenarios, criptas que acogen barricas de sus mejores reservas y gran reservas, el cementerio, que es la vinoteca familiar y rincón predilecto del propietario y al que ahora sus visitas son muy limitadas para poder recuperar a las arañas y sus telas que protegen el vino de añadas históricas y que solo sale para venderse en subasta en cualquier lugar del mundo. En la bodega vieja descansan los reservas y grandes reservas, tanto tintos como blancos que reposan y descansan cubiertos de mohos hasta que salen al mercado.



Dentro de las numerosas anécdotas que rezuman sus paredes centenarias, María José, nos recuerda "que esta bodega salió adelante por huevos en la época de la guerra". La explicación es sencilla: durante esta fase de sus historia los ingresos de la bodega no provenían de la venta del vino sino de la venta de los huevos que ponían las gallinas que tenían. Hay que recordar que la clara de huevo se usaba y se usa para clarificar los vinos.



La bodega cuenta con su propio taller de tonelería y carpintería. Actualmente trabajan en el "nuevo edificio" que albergará las oficinas y administración. La actual zona de oficinas se convertirá en una nueva sala de catas y recepción de visitas.



Tras pasear por dentro de la bodega volvemos fuera y nos encontramos con la "frasca" de la arquitecta iraqui Saha Hadid. Esta frasca es la nueva construcción de la bodega que acoje un stand de la Exposición Universal de Bruselas de 1910. Es la tienda y la sala de catas se encuentra una planta más abajo integrada en una bodega de barricas de crianza. Modernidad y tradición integradas por la ganadora de un premio Pritzker y que es visitada semanalmente por numerosos arquitectos y periodistas especializados.



La grandiosidad de la bodega, en la que destaca el "Tsori Toki" o casita de pájaros, mirador que se construyó para divisar los viñedos de la propiedad, esconde almacenes y habitaciones que guardan muebles antiquisimos y que poco a poco la familia López de Heredía va sacando para decorar sus nuevas construcciones o proyectos, como la sala de catas privada y cocina junto a la moderna tienda o las viviendas para los temporeros de la vendimia en los viñedos de Viña Tondonia que pasarán a ser un pequeño restaurante con hotel donde se comerán huevos fritos y buenos vinos. Esta bodega o mejor dicho esta familia no para de crecer y avanzar sin olvidar la tradición en la elaboración de sus vinos



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