Bodega Morosanto, siguiendo en camino de Íberos, Romanos y Musulmanes.

Primero fueron los Íberos, luego los Romanos y después los Musulmanes los que se asentaron en La Cimada, lugar donde se ubica la Finca Morosanto que da nombre a la bodega de la que hablamos.



En 2005 la familia Céspedes inicia su proyecto personal de elaborar vinos con la plantación de los primeros viñedos de Syrah, Petit Verdot, Cabernet Sauvignon, Moscatel y Tintilla de Rota entre otras variedades. El año pasado presentaron sus primeros vinos que están teniendo gran aceptación en toda la geografía andaluza así como en Madrid y en la zona norte de España.



Su colorista sala de catas decorada con pinturas vanguardistas y modernas da paso a una gran terraza-mirador desde la que se divisa todo el viñedo y desde la que se desfruta un paisaje del valle y montañas con la ciudad de Ronda al fondo.



A punto de iniciarse la vendimia el verde de las hojas de los viñedos cubre de color toda la extensión. A la derecha se ven las carpas que nos indican donde se encuentra otro de los tesoros de la finca: los restos de la villa romana donde ya entonces se elaboraban los primeros vinos de la zona.



Nuestra visita a Bodegas Morosanto se complementa con alguna ruta de senderismo al yacimiento de agua y a la vieja mina de sal para terminar con la cata de algunos de sus primeros vinos: Lunera y Lucio. También elaboran en pequeña producción un rosado y un blanco.



Pero esta bodega no para, ahora trabajan en los que serán sus próximos vinos: Un monovarietal de Cabernet Sauvignon 2010, un vino Moscatel, un nuevo tinto Dulce Syrah 2011 y un Vino de Autor que se llamará Platero, elaborado con Tintilla de Rota 100% con una crianza en torno a 16-20 meses en barricas de roble francés. Estaremos a la espera para contarlo.



Bodegas Morosanto apuesta por el enoturismo y pretende organizar dos grandes eventos al año, así como catas de maridaje cada mes para grupos reducidos.